De lo antiguo a lo reciente con nueva luz |
Anselmo, cosas y
hechos de mi vida XXV
“La poesía fue creada para ser leída”, célebre frase de Antonio, el
poeta de Campos de Castilla, alias “El Bueno”, porque otro tipo de persona no
sería, pero lo que es ser bueno y generoso de alma lo era hasta le médula. Ya,
en su tiempo, el hombre había detectado el exceso de efectismo que ciertos
poetas tendían a utilizar en las declamaciones de sus versos, fenómeno que en
estos momentos ha llegado al paroxismo. Recuerdo haber visto en la televisión
pública el penoso espectáculo que montaba Rafael Alberti, cada vez que tenía a
bien aparecer por el citado medio de comunicación y terminaba recitando alguno
de sus poemas. Su voz cavernaria engullía las formas poéticas para darles una consistencia
de la que en ocasiones carecían sus versos, en su obsesión por recitar de
acuerdo con las normas “sagradas” de los rapsodas, empastaba la voz hasta lo
inconcebible forzando las expresiones poéticas con la sibilina intención de
anonadar al público. Nunca me han gustado esas demostraciones innecesarias
cuando hablamos de la gran poesía, a todas luces son impropias, denotan mal
gusto, además son artificioso y gratuito. Flaco favor le hacen a la poesía ese
tipo de autores.
El banco del silencio |
Recuerdo cuando yo tenía entre dieciséis y veintitantos años, en
Logroño se celebraban los pomposamente llamados “Juegos Florales”, ridículo
título a más no poder, pero eran absurdos de aquella época de decrepitud
cultural. Se convocaba el concurso, los poetas locales escribían sus creaciones
y las remitían a la dirección postal correspondiente; los organizadores,
supongo que el Ayuntamiento de Logroño o la extinta Diputación Provincial,
convocaban a las fuerzas culturales locales para el día, lugar y la hora, que
solía coincidir en el mes de julio o agosto y en el quiosco de música de El
Espolón. El todo Logroño cultural asistía luciendo vestidos, gasas, tules,
atuendos y joyas y relojes de oros y peinados horrendos… La velada solía estar
dirigida por el locutor de Radio Rioja, Esteban Prudencio Alcalá, quien se hacía
acompañar como ayudante por alguna de sus compañeras de la radio. La Banda
Municipal de Música hacía de telonera, amenizaba de cuando en cuando el
espectáculo con alguna de sus interpretaciones y además ponía punto final,
supongo que con la “Jota de Logroño” o alguna partitura por el estilo. Cuando
terminaba aquella bazofia todo el mundo de iba a su casa más contento que unas
pascuas, pues habían estado en primera línea en un acto cultural.
Confusión |
Otra historia son los resultados del concursito, un año más, gracias a
la ampulosa voz del locutor, dado que era él quien leía todas las poesías
presentadas, había ganado, para cabreo generalizado del resto de bates, el gran
poeta local del momento, el señor López Toledo, recibiendo los correspondientes
aplausos y parabienes; además era directo del IER (Instituto de Estudios
Riojanos), y que, además, también tenía secuestrado el centro oficial, el IER,
habiéndolo convertido en su despacho particular, de modo tal que allí no
entraba ni dios a investigar. Las poesías de este hombre, así como las del
resto de su generación fueron publicadas por la revista “Codal”, editada por el
IER. Los únicos poemas que pueden leerse, por calidad, en esa revista de poesía
riojana, son los publicados por el guionista Rafael Azcona, antes de irse a la
gran ciudad de Madrid para no volver nunca jamás, y eso que La Rioja y los
estamentos oficiales le suplicaron vehementemente, hacia el final de sus días,
que retornase a Logroño porque querían hacerle un gran homenaje; es decir,
quería fotografiarse con Rafael para aparecer en los medios y de hecho tener las
fotos a su servicio de cara a la posteridad, en definitiva, auparse en él, en
su figura para justificar el deprimente panorama cultural de La Rioja en la
actualidad, debido a su ineptitud en materia cultural la de los políticos
riojanos.
Teatro de Breno |
Ahora lo que importa es venderse, promocionarse a través del maldito
marketing, del barato por supuesto, dado que ningún poeta tiene el dinero
suficiente para pagar una campaña a la agencia publicitaria correspondiente. Como
los poetastros carecen de asesoramiento técnico, andan como locos para ver
quien inventa la forma de recitar más estrafalaria posible, la de mayor impacto
de cara al pobre público, que bastante hace con sonreír y quedarse hasta el
final del, las más de las ocasiones, penoso espectáculo. Tengo amigos, o mejor
dicho, tuve, que se las ingenian de cara al público, bien sea en Madrid, ya se
trate de Valencia, ya hablemos de cualquier otra ciudad, da lo mismo, haberlos
los hay en todas. Les da lo igual subirse encima de un cajón, recorrerse la
sala recitando ¡vete a saber qué cosas!, ponerse de cuclillas, tumbarse en el
suelo, arrodillarse frente a una muchacha inocente de semejante agravio,
salirse por la tangente, irse a los cerros de Úbeda; sea como fuere, los verás
sonrientes y con cara de triunfadores, se están examinando a sí mismos, se
están aplaudiendo a sí mismos y se están dando matrícula cum lauden a sí mismo.
Peor son los amigotes del gueto, les aplauden a rabiar, les envidian a rabiar,
les odian a rabiar.
Quietamente |
Recuerdo cuando de niño me tumbaba en la hierba de los prados, en
medio de la arboleda; dejaba dilatarse el tiempo, dejaba pasar las nubes por el
espacio que había libre entre las copas de los árboles, me abandonaba plácidamente
sin que ningún ruido, sin que ningún aplauso no merecido rompiera el momento
dulce en el que dejaba fluir a mi ser interno. Mis sensaciones, sensitivamente,
como pompas de colores salía de mi ser, se proyectaba a los cielos y ágilmente
navegaba a la buena de dios, abandonándose para que yo aprendiera a abandonarme
de cara al futuro. Quizá, allí aprendí, en aquellos dulces momentos, a entender
que los hombres deben realizar su trabajo al margen de los demás hombres, al
margen de la crítica negativa y, por supuesto, al margen del aplauso facilón e
inmerecido. La poesía es el grito del alma, sí alguien no lo entiende será
porque no es poeta; la poesía es el lenguaje silencioso del espíritu, sí
alguien no lo entiende será porque no es poeta; la poesía implica la concepción
universal, infinita y atemporal de la vida, si alguien no lo entiende…
Dejarse fluir como agua en el nacedero |
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