sábado, 23 de marzo de 2013

POEMA, GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER


NOTA. De mi poemario Sevilla, publico la primera estrofa del poema dedicado a G. A. Bécquer. Está compuesto por un total de 250 versos estructurados en cinco estrofas de 50 versos cada una, todos ellos escritos esta misma semana. Pertenece al mismo poemario del que ya os publiqué tres poemas hace unas semanas. Que disfrutéis.

El poeta


Gustavo Adolfo Bécquer


I

Inmerso en las aguas
llegó al mundo, nadando
en la fertilidad de la vida
para bien de la poesía,
que esperaba la regeneración
por medio de la lírica
del alma, intimista, donde
el silencio es la palabra
escrita a modo de verso
y el amor simbolizado
en forma de mujer, Afrodita,
luminosa e inalcanzable.
Y el deseo en el hombre
turba al poeta que limosna
migajas en el ágape del amor,
esperando el momento
de ocupar el asiento preferencial
frente a la joven amada;
ineludible dinámica vital:
inicio de los escarceos amorosos,
aproximación al ser deseado,
enamoramiento de la mujer,
plenitud en la entrega y posesión
que le llevará al éxtasis del alma.
Donde el ser se cubre de la sábana
de lino del amor, cuya luz
ciega la vista de los amantes;
porque ellos ven con los ojos
del alma mientras mantienen
los de la cara entornados. ¿Para
qué más luz que la del corazón
pleno de deseos satisfechos,
sí el ser ha llegado a palpar
la totalidad de sus sentimientos?
Viajando de viento en viento,
los amantes se ofrecen abiertamente,
dos en uno para crear la unidad
del amor, dos en uno para llegar
a la dualidad del ser mutante,
dos en uno para proyectarse
hacia la infinitud de la existencia.
Y el poeta prosigue su caminar
para reiniciar, una vez más,
la senda del enamoramiento
que le permita liberar la angustia
nacida en la cárcel de su cuerpo,
y el poeta persigue sus pasos
que irán jalonando los caminos
del amor, para que las generaciones
futuras encuentren la senda de lo intangible. 


Sevilla, Santa Inés

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