![]() |
| La última revolución no es un pasadizo angosto, tampoco será un paseo triunfal |
LA ÚLTIMA REVOLUCIÓN I
Teniendo en cuenta cómo anda el mundo actual de alborotado por la mala
gestión de los políticos, tendremos que entrar a valorar las circunstancias y
hechos que nos han llevado a este cruel y cruento callejón sin salida. Digo
cruento porque, por impotencia para sobrevivir y sacar la familia adelante, ya
han aparecido los primeros muertos, que habrá que achacárselos en exclusiva al
horrendo y despiadado sistema financiero, a cubierto bajo la impresentable
etiqueta neoliberal; no olvidando, por supuesto, la necesaria implicación de
los políticos de todos los países del mundo, que se han dedicado a gestionar
políticas de pantalla para ocultar la realidad del latrocinio de bancos,
banqueros, fondos de inversión y de cuantos chiringuitos hayan tenido a bien
inventarse para perpetrar el expolio contra la humanidad.
La etiqueta neoliberal se ha preocupado fundamentalmente de controlar
dos frentes, lanzando toda su fuerza hacia ellos para consolidarlos,
insistiendo con inusitada tenacidad en sus objetivos valiéndose del control de
los medios de comunicación, son de su propiedad, para lanzar las proclamas que
habían de controlar a la sociedad en un ejercicio envolvente del que nadie
podía escapar. El neoliberalismo se convirtió en el santo y seña de la libre
acción especulativa, y sus gerifaltes determinaron cual sería el límite de la
libre acción, lógicamente, se las ingeniaron para que no existiese límite
alguno; la consecuencia fue que el mundo entero quedó en sus manos hasta
reventarlo por los cuatro costados. El primer objetivo fue la imposición de la
globalización, de modo que al final todo el mundo quedara rendido a sus pies y
si alguien no entraba quedaba excluido; el segundo consistió en atraer a su
entorno a los políticos de todos los países, ofreciéndoles el oro y el moro y
llenándoles de prebendas.
A este respecto conviene recordar los obsequios realizados por las dos
grandes hidroeléctricas españolas a dos de los presidentes nacionales de la
democracia, Sr. González y Sr Aznar, nombrándoles respectivamente miembros de
sus consejos de administración, atizándoles las escalofriantes cifras de
650.000 y 800.000 euros anuales por sus servicios. Los ciudadanos suponemos que
algún mérito habrán realizado esos señores par ganarse semejantes premios,
porque no ha sido conseguido participando en juegos de azar, que incluso sería
más lógico, sino legislando leyes sobre la energía cuando ellos fueron
presidentes del Gobierno de la Nación. No entraremos a valorar si las leyes
fueron justas o injustas, no entraremos a valorar si sus actitudes eran éticas
o no, voluntariamente me abstraigo de hablar de moral, ni tan siquiera
valoraremos la tan careada deontología, concepto que ha desaparecido del
lenguaje profesional, es especial si se es político. Dejamos ahí la cuestión y
que cada ciudadano saque sus conclusiones.
Realizado el inciso retornemos a la línea argumental del artículo. Los
neoliberales se sabían de antemano el resultado, entonces por qué lo hicieron,
sencillamente porque tenían previsto que cuando el estallido se produjera ellos
ya tendrían el dinero robado a la sociedad a buen recaudo en los paraísos
fiscales. Después vendría la crisis que les proporcionaría la segunda ventaja,
entonces retornarían parte del dinero que les permitiría comprar a precio de
saldo el resto del mundo. Y es esto último lo que ahora está sucediendo, las
grandes corporaciones mundiales pese a la crisis mundial tienen beneficios,
grandes beneficios, y se aprestan a comprar por cuatro euros cuanto se ponga a
tiro en su necesidad irrefrenable de comprar todo el mundo; una vez comprado el
mundo los ciudadanos, que somos nosotros, sólo seremos un número, pero no de
identidad sino de siervo. El FMI y sus secuaces nos pusieron la zanahoria y nos
hicieron creer que el mundo era Jauja, nos engañaron.
Pero no sólo los políticos y
los medios de comunicación fueron utilizados para conseguir sus
intereses, a través del poder político tenían a su servicio la protección de
las leyes, se cambiaron cuantas fueron necesarias, sistema judicial, y, en
consecuencia, también de la policía, sistema represivo. Y sostengo represivo
porque la policía es la misma en todo el mundo, su forma de hacer la estamos
viendo todos los días cuando asistimos indefenso a la brutalidad policial contra
los descontentos del mundo. Ya sea en Madrid, París, Berlín, Londres, N. York o
Melbourne, por poner unos ejemplos, la policía ha actuado con la misma
brutalidad y las mismas premisas, defender el sistema a toda costa, lo cual
permite entender al observador que la metodología policial es la misma en todo
el orbe mundial y, en consecuencia, deducir que la policía protege al ciudadano
en tanto y cuando no atente contra el sistema, no saque los pies del tiesto y
no cuestiones al sistema. Es decir, cuando se es y se actúa como parte del
sistema la policía protege y al enfrentarse al sistema la policía persigue,
acosa y machaca. Las imágenes en las televisiones del mundo son suficientemente
elocuentes. Recordad que la brutal actuación de Los Mozos de Escuadra contra
los indignados en la Plaza de Cataluña es la misma que la de la gendarmería
francesa, también contra los indignados, en Niza, y es copia la realizada
por la policía neoyorkina en el Puente de Brooklyn, también contra los
indignados.
Continuará.
Continuará.

a la espera de continuación :)
ResponderEliminarSaludos
Ana
ya vamos por la cuarta, lla sigues?
ResponderEliminar