lunes, 23 de mayo de 2011

Democracia Real Ya





     
Cuando me propuse crear este blog no estaba en mí hablar de política, aunque en este caso se trate de política social o quizá mejor demográfica, entre otras porque no les tengo yo demasiado cariño a los políticos, difícilmente me he echado a los brazos de ninguno en mi vida. Es posible que yo no sea gran amante del poder y de sus prebendas, tampoco del dinero por aquello de que demasiada pasta pudre el alma, actitud que me permite ser libre e independiente en mi vida. Realizadas las reflexiones anteriores me permito entrar en materia con aquello de la cultura social y la demografía cultural,  dados los vientos de libertad que corren por la piel de Iberia, que es indudable viene acompañada, de hecho nace en ella, de la cultura -demográfica y social- de nuestros jóvenes.




Con un cantito en los dientes nos hubiéramos dado los miembros de nuestra generación, los jóvenes del sesenta y ocho francés, si hubiéramos tenido las referencias culturales de la juventud actual. Ni en broma se parecen las fotos de aquella lejana “revolución” con las actuales que llenan los diarios, televisiones e internet mostrando la reivindicación pacífica a favor de una democracia real, evolutiva para hacerla más asequible a las masas sociales. Llegados aquí existe un dato que es importante destacar,  los de mi generación hablábamos de revolución, los jóvenes de hoy en día lo hacen de evolución. “Evolutión man” fue uno de mis artículos publicado en la prensa hace bastantes años, desde luego más de los que yo desearía recordar; pero bueno, esto de la memoria extraviada en el tiempo son cosas de la edad y no sirve darle vueltas, mejor dejarlas como están porque son irreversibles.

Afirmaba en aquel artículo y sigo haciéndolo en la actualidad, que el hombre debía cambiar el hábito de la demolición sistemática por el de la evolución progresiva, que era cuestión de tiempo, que el tiempo no pasa en balde y que algún día allá en el futuro, el presente de quienes serían nuestros hijos, terminaría por imponerse de forma natural. Lo que yo he visto en las concentraciones permanentes en la Plaza del Mercado de Logroño me reafirma en mis previsiones, optimista me llaman algunos, en especial mis amigos y los de mi generación que han envejecido demasiado pronto; pesimistas les llamo yo, cada vez que los veo arrastrando el alma por esos caminos de la desventura. Además, me reafirmo en mis convicciones, ha llegado para quedarse y nuevos aires de libertad asaetean el futuro de la humanidad para desesperación de quienes proclaman el inmovilismo social y cultural y portan el estandarte de la tradición férreamente clavada a la cruz de la existencia.

Para las gentes de mi generación no son tiempos de posicionarse en la omisión, tampoco en la indiferencia, menos en el desprecio, mucho menos de dar el cante por aquello que es necesario aparecer en todos los fenómenos demostrando una vitalidad y una actualidad fuera de lo común. Los jóvenes no precisan de nosotros, tienen las referencias en la memoria histórica; lo están haciendo pasando olímpicamente de sus padres, mostrando modos de comportamiento fuera de lo común acogen en su entorno a cuantos están dispuestos a escuchar, dialogar, ayudar y cooperar con independencia de edad, credo o posicionamiento político. Hacen mal quienes desde el inmovilismo de sus sillones presidenciales lanzan el ataque de la desinformación, de la manipulación, del desprecio; la vida es muy larga, amigos, al final siempre se cobra al contado el día vivido y si lo hemos hecho mal pues la jodimos.  

A mi la impresión que me produce “democracia real ya” es que se trata de “algo muy grade esta pasando” que ha venido para quedarse, a instalarse entre nosotros para cumplir una vez más el próximo ciclo de libertad, el cual se alterna con el ciclo de represión de las libertades individuales y sociales que ha atenazado a la sociedad en general durante la última década del siglo pasado y la primera del actual. Que no se quejen los señores inmovilistas, han tenido tiempo de reprimirnos y a conciencia que lo han hecho, esperemos que el gran dios de la vida les cobre al contado el día existido, digo existido porque esas gentes lo que se dice vivir vivir no lo hacen nunca.


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