jueves, 9 de junio de 2011

Cultura Riojana-2

Los creadores son los hermanos pequeños del sol, de él aprenden y
en él encuentran la seguridad de la casa metafísica de la creación.




Continuando el ejercicio de recopilación y recuperación de la cultura literaria escrita en desde y para la Rioja, y por escritores nacidos en o vinculados con nuestra tierra de vinos y letras os presento la siguiente tanda. Pienso que entre la anterior y la actual es muestra suficiente en la que se recoge el grueso de literatos en función de la importancia de su obra y su aportación a la cultura, adrede no digo riojana porque ésta siempre es universal. Se equivocan quienes creen que sólo Gonzalo de Berceo tiene cabida en el parnaso de los poetas, ello dice de por sí sobre sus propias limitaciones culturales; de la misma forma también yerran quienes afirman que la poesía de Berceo es la única válida y que el resto son obras menores de poetastros, vates de media al cuarto, poetillas de taberna y memeces por el estilo.


Poetas siempre los ha habido, los sigue habiendo y en el futuro continuarán estando aquí, a pesar de los empecinados quienes se afanarán en afirmar que el único poeta válido de la historia de La Rioja es el gran Berceo. Lo que desde luego nunca faltan son los papanatas incultos, para ellos lo que ignoran no existen y la única verdad en la vida es la de los medios de comunicación. ¡Pobrecitos!, sólo saben ver la televisión, nunca una página de un libro. 


Fernando Albia de Castro
                 Logroño, 1572 - Lisboa


Segundo hijo de Andrés Albia, Secretario del Consejo de Guerra en tiempos de Felipe II, cursó estudios en la Universidad de Salamanca. A los 44 años reside en Lisboa, desempeñando el cargo de Veedor General de la Real Armada y Ejército del Mar Océano. Mantuvo relaciones con otros escritores de su tiempo, en especial con su paisano Francisco López de Zárate, “Caballero de la Rosa”, poeta muy respetado en aquella época por el lirismo de su poesía. Protegió al novelista Céspedes y Meneses durante su destierro en Lisboa. Se ignoran los acontecimientos relacionados con su muerte, tras su detención por los soldados del Duque de Berganza.


Del río Ebro que bate a Logroño y sus casas

Por se mucho bien, comodidad y adorno a una ciudad ilustre, la grandeza y amenidad de los ríos, y batir Ebro por una parte las casas de Logroño, juzgo a propósito decir algo de él, no por extenso, sino tocando lo principal. Demos algo a la curiosidad y más resultando de ello alabanzas a mi patria.
     
Es común opinión llamarle al río Ebro en Latín, Iberus, por el nombre de Ibero segundo rey de España, hijo y sucesor de Tubal…



Francisco López de Zárate 
          -El Caballero de la Rosa-
            Logroño, 1580 – Madrid, 1658

Gracias al bello soneto dedicado a la rosa, Francisco López de Zárate gozó del prestigio como poeta siendo conocido con el sobrenombre del Caballero de la Rosa. Nacido en nuestra ciudad, estudió latín y retórica continuando sus estudios en Salamanca. A su regreso de los Tercios de Italia, se instaló en Madrid donde compaginó la función de secretario personal con la de oficial del Consejo de Estado. Tiempo después se retiro a Logroño, dedicando su tiempo a la creación literaria.


La Rosa

Esta a quien ya le atrevió el arado,
Con púrpura fragante adornó el viento,
Y negando en la pompa su elemento
Bien qe caduca luz, fue sol de prado.

Tuviéronla los ojos por cuidado,
Siendo su triunfo breve pensamiento;
¿Quién sino el hierro fuera tan violento
De la ignorancia rústica guiado?

Aún no gozó de vida aquel instante
Que se permite a las plebeyas flores,
Porque llegó el ocaso en el oriente;

¡Oh tú, cuanto más rosa y más triunfante!, 
Teme, que la belleza son colores
Y fácil de morir todo accidente.


  
Juan Ramón Jiménez
Moguer, Huelva, 1881 – San Juan, Puerto Rico, 1958


Procedencia riojana de Juan R. Jiménez

Manuel Jiménez Sainz del Prado, hijo de Manuel Jiménez y Joaquina Sáez del Prado, de Nestares de Cameros, e Ignacia Jiménez Jiménez, hija de Diego Jiménez, de Nestares de Cameros y Josefa Jiménez de Torrecillas de Cameros, se casaron el 22 de julio de 1824. Su hijo Víctor Jiménez Jiménez,  padre del poeta, nació el 12 de abril de 1828, en Nestares de Cameros. Los abuelos maternos del poeta, de procedencia andaluza, fueron: Ramón José Mantecón Gil y Teresa de Jesús López Parejo. Su hija Purificación Mantecón López Parejo y Víctor Jiménez Jiménez se casaron en Moguer el 29 de agosto de 1877. 

Es conocida la amistad que unía al poeta Juan Ramón Jiménez con la dramaturga riojana María de la O Lejárraga y su marido Gregorio Martínez Sierra. Consecuencia de aquella relación nace el poema, profundamente lírico,  que os presento y que fuera dedicado a María. No deberíamos ver los riojanos tan lejos de nuestra cultura al poeta de Moguer, siempre y cuando hablemos de cultura con mayúsculas, universal, y nos olvidemos de una jodida vez de la cultureta de andar por casa, a la que son tan aficionados nuestros políticos y esa gentecilla que dice ser poetas, escritores… La cultureta se parece más a la caldereta, una cosa es cocinar un rancho para los amigos y otra muy distinta es hacer cultura con MAYÚSCULAS.



Rosa de amistad

¡Ay, Gregorio! Los días han pasado. Nosotros
Éramos dos hermanos y el jardín nos unía…
Libros, flores y músicas. Después vinieron otros…
Y María, tres veces amapola, María.

Agua y lira tres veces, la que llevó al poeta
Como un niño a través de estos parques de llanto,
Tendrá una rosa o un oro en vez de aquel violeta
Del corazón florido que le quería tanto…

¡Ilusión de hojas de oro! ¿Hay corazón, hay frente
Que encante así el camino de ensueño y belleza?
¡Oh, nuestra casa lírica, nuestra casa de oriente,
Nuestra fuente de luna, vuestra paz, mi tristeza!

¡Ilusión que el otoño llenó de hojas de oro!
¿Sólo florece una vez? ¿En qué quimera
He visto una ilusión que daba su tesoro
De rosas, a la brisa de cada primavera?

Rosas de amor, ¿ya nunca vendréis a embellecerme?
Tú, luna, ¿solamente platearás mis dolores?
¡Ilusión de hojas de oro! ¿O es que la dicha duerme
Y volverá, un día, a cubrirme de flores?


Los arcos del alma creadora


María Teresa León
Logroño, 1903 - Madrid, 1988


Un total de veintiséis obras: teatro, narrativa, ensayo…, legó nuestra paisana Mª. Teresa a la posteridad. Casada con Rafael Alberti, 1932, recorre Europa en compañía de su marido para estudiar las nuevas técnicas teatrales. Durante la Guerra Civil fundó la revista El Mono Azul y perteneció a la Junta de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional. Después de la guerra se refugia en Argentina y en 1963 en compañía de su marido se instalan en Roma, ciudad que abandona en el año 1977 cuando se produce su definitivo regreso a España.


En el Reino de Oro

A la noche siguiente, las hadas y los que viven entre las sombras determinaron hacer un escarmiento, y los gigantes hicieron retemblar el bosque, caerse los árboles, abrirse las peñas. Pasaron arrasando la tierra las fuerzas enfurecidas de las hadas, de los gigantes, de los gnomos, de los duendes. Y quedó todo liso sin árboles, solo la costra parda de la llanura. Los hombres lloraron, se iban a morir de hambre en aquel desierto, pero el Hada Azul había vivido con ellos y, contra la opinión de sus compañeros, no podía odiarlos. Extendió su cabellera por los campos que quedaron llanos después del castigo y surgieron en su conjuro las espigas de oro.

Fue el don del Hada Azul a los hombres que la  habían apresado. Desde entonces recogen todos los años las bolitas doradas que los alimentan y que son la simiente de los cabellos maravillosos, que un hada dejó al extender, por amor a los hombres, su cabellera sobre la tierra.



Antonio Cillero Ulecia
Navarrete, La Rioja, 1919 - Madrid 2007


Escritor, poeta, ensayista, dramaturgo, colaborador de prensa, miembro de la Real Academia Hispanoamericana, miembro fundador del I.E.R. Emigró al menos en dos ocasiones a Buenos Aires. Considerado el autor más prolífico de la literatura riojana, su extensa obra suma unos ciento cincuenta títulos, de los que destacan su novela picaresca “Pascasio y Vinagre”, “El Cisne del Najerilla”, obra poética dedicada a Villegas o  sus obras teatrales: “Testigo de una Pasión” y “Confesión Pública”. A la muerte de su mujer vivió varios años refugiado en la población de Tobía, lugar que abandonó para trasladarse definitivamente a Madrid.


Aquella Jota

Recuerdo que, de emoción,
Jaleaba y aplaudía,
Por la grande comezón
En que mi alma se abatía.

Aquella voz que me hablaba
De amor y de desafío,
De heroísmo y de besana,
Era sol y era bandera,
Era espejo, y era el eco
De mi solera riojana.

Tanto el fuego removió
En mi pasión desatada,
Y tanto me enardeció
Pepe Blanco en tierra extraña,
Qué, creciéndome entre todos
Grite con coraje y gana:
¡¡Eso es Jota!! ¡¡Viva España!!


La hija de Venus


Ana María Matute Ausejo
Barcelona, 1926 -

De madre riojana, Mansilla, a los ocho años sufrió una grave enfermedad y fue enviada, en su convalecencia, a la citada población con sus abuelos. Años después pasó diferentes periodos de descanso en el pueblo durante los veranos. Conoció los trabajos realizados en la presa, la penosa vida de los presos políticos y el campamento donde a duras penas sobrevivían sus mujeres e hijos. De sus experiencias escribió varios relatos, de los que se presenta aquí una muestra somera.



Los Chicos

Porque nosotros temíamos a los chicos como al diablo. En realidad, eran una de las mil formas del diablo, a nuestro entender. Los chicos harapientos, malvados, con los ojos negros y brillantes como cabezas de alfiler negro. Los chicos descalzos y callosos, que tiraban piedras de largo alcance, con gran puntería, de golpe más seco y duro que las nuestras. Los que hablaban un idioma entrecortado, desconocido, de palabras como pequeños latigazos, de risas como salpicaduras de barro. En casa nos tenían prohibido terminantemente 
entablar relación alguna con esos chicos. En realidad nos tenían prohibido salir al prado, bajo ningún pretexto.


Emilio Sagasti Elvira
Mendavia, Navarra, 1940 – Logroño 199?

A modo de biografía incluyo el poema panegírico que le dediqué cuando lo de su muerte. Existe un abandono, ¿premeditado?, tanto en la cultura riojana como en la  navarra en lo referente a su figura y su obra. ¡Joder con los malditismos hipócritas!

  Morí para el sistema y me
enterraron en las alcantarillas... Paso.

Emilio Sagasti

No fui yo el padre
que te regalara el ser,
allá en los albores
de tu nacimiento
-si bien los hijos
son engendrados
por sus progenitores
pertenecen a la vida -,
ni desearía haber sido
el guía que te mostrara
la parca al concluir
tu existencia -los hombres
fenecen ante el pórtico
de su última experiencia-.

No obstante,
si atendemos la voz del destino
que en silencio controla las horas,
aboceta surcos en la frente,
acongoja el corazón doliente,
mancha de hielos las sienes,
asaetea certeramente el alma,
deforma los pies en la caminata,
diluye la mente y vampiriza,
penaliza lo humano con el miedo,
destruye la capacidad de resistencia,
no me sentiría yo tan inocente
de no haber sido copartícipe
del acto de tu muerte por medio
del olvido, el desplazamiento social
y la práctica de la perversa compasión.

-Unos
          lanzan a los hombres a la calle,
otros
          los empujan a las cloacas-.

No estaban los amigos, Sagasti,
en las horas bajas del vino peleón,
matar la gusa en la Cocina Económica
y las noches de dormitar en el banco.
No estaban los amigos, no estaban,
¡maldita necedad en “cubatistas”  hipócritas!

No estaban los poetastros, Sagasti;
en sus horas opacas, abarcan
por completo sus existencias, quisieron
poetizar a la sombra de tus versos
y de ripios se les llenó la cuartilla.
No estaban los poetastros, no estaban,
¡míseros hijos de la frustración!

No estaban los hombres, Sagasti;
en sus horas de tedio, todos sus días,
son empujados por el orgullo
a ensañarse y pisotear al caído
-recelosos ocultan su fracaso-.
No estaban los hombres, no estaban,
¡pobres abanderados de la venganza!

No estaban las mujeres, Sagasti,
no estaban, olvidaron los versos
del poeta para entregarse
con ahínco a la actividad de sonreír
agazapadas tras la sombra
de perfumes y maquillajes. ¡Absurdo
quehacer es el juego del escondite!                               

No estaba yo, Sagasti,
a mi regreso ya la derrota
del hombre era consumada.
Había sido mi sino caminar sin descanso
-errática la vida del judío errante?-.
No estaba yo, no estaba,
¡bendito destino que separa y une!

Ante tu muerte anunciada
no estaría yo tan seguro de nada,
a no ser que fuera la muerte
la otra mitad de la incertidumbre
de la vida. El destino selló
tu ombligo con el escapulario
esotérico y fue  abierta
la caja de tus versos ocultos.


                               Anselmo.    

Desde la sima del alma llega
la palabra poética

Poemas de Emilio Sagasti
Cervantino

GOBERNÓ nuestro SANCHO en BARATARIA
por diez días con libertad plenaria.
Y lo hizo bien. Misterio. ¿Quién diría
que alma del maestro y su grandeza
de ánimo y su consejo bastaría
para alzar sensatez frente a flaqueza?
DON QUIJOTE, excelencia, amor, justicia.
Siempre ensayó y falló. SANCHO, malicia


Diferente

MERCADO de filigranas.
Licores de quita y pon:
pera, frambuesa, manzana,
granada, coco, avellana,
anís, miel, melocotón,
fresa, ciruela, melón…
Y respecto a los cafés:
solo, con leche, cortado,
irlandés, descafeinado,
carioca, tano, escocés…
Cualquier español rumbero
coge el tema por los pies:
se manda café torero. 

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